“Mientras viví en Chile no tuve la oportunidad de trabajar para la Fundación, mi introducción a ella fue cuando ya estaba viviendo en EE. UU., por lo que agradezco que me hayan aceptado viviendo fuera del país. Esta es una de esas oportunidades y experiencias que dudo que pueda olvidar en la vida.

Este programa me ha llevado a conocer realidades chilenas de las cuales no era consciente y eso es algo que me ayuda a crecer como persona y como profesional, porque puedo tener una mirada más inclusiva, más empática y realista de las desigualdades sociales, de oportunidades y discriminación que viven muchos niños en Chile. Con este conocimiento puedo elaborar las sesiones de manera que cada niño aprenda sin sentir exclusión o discriminación. Puedo ayudar a las familias a contextualizar el aprendizaje y con ello, me refiero a que aprendan a usar los medios disponibles para fortalecer el proceso de adquisición de aprendizaje.

Para poder realizar las sesiones me acomodo al horario de Chile, a veces eso puede significar levantarme a las 5 am porque estoy a 3 horas de diferencia, todo depende del estado o ciudad donde me encuentre. Es algo que puedo acomodar muy bien y, para los niños es llamativo y motivador saber que una “Tía” de EE. UU., les está llamando y les muestra fotos de las ciudades o paisajes que no conocen.

Mi modalidad de trabajo hasta el momento es sincrónica con la mayoría de las familias y asincrónicas con aquellas que tienen dificultad de conexión o tiempo. Lo que me permite continuar con mis estudios de postgrado y viajar libremente las veces que sean necesarias porque solo necesito mi computador, mi maleta de sorpresas y la conexión a internet.

Como parte de mis estrategias uso videos de personajes favoritos, un peluche que se llama “Baby Yoda” que ha sido toda una sensación, fichas pictóricas, canciones, actividades para trabajar las emociones, PPT interactivos, cuentos que yo misma voy creando y, todas las veces que puedo visitamos los libros en español que tengo en mi biblioteca. Algunos niños están desmotivados por aprender, pero les llama la atención el inglés y entonces digo, ´Ok pero para aprender inglés antes debes aprender las letras de las palabras´ y al final, ellos están tan motivados por aprender las letras que inconscientemente aprenden a leer.

 
Mi experiencia enseñando a distancia ha sido muy enriquecedora, maravillosa y entretenida. Mi esposo que es profesor universitario y además toma sus clases de doctorado, me apoya en casi todas las sesiones con el audio, impresiones, manos extras de títeres y acomoda su propio horario para apoyarme cuando lo necesito. Actualmente vivo en la ciudad de Philadelphia, pero de vez en cuando realizo las sesiones desde Chicago y a veces cuando mi conexión a internet es buena, puedo llamar a los niños más curiosos para mostrarles partes de la ciudad y algunas cosas llamativas que no existen en Chile.

Lo más significativo de ser Rescatista ha sido conocer diferentes culturas familiares, historias de superación en temas educativos y evidenciar el gran aporte que podemos ser los tutores a distancia. A veces no necesitamos mucho para motivar el proceso de aprendizaje, una llamada de alguien que quiera saber cómo estás es suficiente para muchos niños. Recuerdo la historia de una familia que vive en un lugar muy apartado de la comuna de Galvarino. Comenzamos las sesiones en octubre del 2020, un niño no lector con muy poco apoyo en temas educativos, porque el colegio estaba muy lejos del lugar donde vive y los padres solo tenían algunos cursos de enseñanza básica.

Al inicio no sabía cómo hacer que el niño se motivara por la lectura solo escuchando mi voz, entonces después de probar varias estrategias, se me ocurrió contarles mi propia historia de superación y experiencia con el proceso de aprendizaje. Eso motivó mucho al niño y a su familia, los padres fueron muy receptivos con las actividades y consejos que les fui entregando para fortalecer la adquisición de la lectura.

Lo maravilloso fue evidenciar el progreso de esta familia porque llegamos a leer textos cortos y motivando al niño a crear sus propias historias de ficción. Y todo esto mediante 3 llamadas telefónicas a la semana. Saber que logramos con esta familia avanzar tanto y con medios tan escasos es maravilloso y nos enseña la importancia de los programas a distancia”.

 
María Luisa Callumán
Psicopedagoga
Diplomada en Neuropsicopedagogía

 

 

 

 

 

Cinthya Covarrubias, 
Periodista,
Encargada de Comunicaciones Organizacionales Fundación AraucaníAprende