Para ser parte del equipo Rescate Lector debe primar el amor por enseñar, porque es por amor a la enseñanza que las Profesoras Rescatistas deciden volver a las salas de clases después de haber jubilado.

Son múltiples las historias de las Rescatistas de Fundación AraucaníAprende. Queremos que las conozcan y se impregnen del compromiso por educar, como el que a diario refleja la profesora Luz Cantos.

“En 1972 egresé de la Escuela Normal de Victoria, como Profesora de Educación General Básica con mención en Educación Musical, dediqué 42 años de mi vida a la educación, hasta el 2014, año en el que jubilé. A fines del 2013, mi colega y amiga Erika Brevis, me comentó que estaba trabajando hace un par de años en el Programa Rescate Lector. Me explicó de qué se trataba y el proceso que debía seguir para incorporarme. Estaba muy preocupada porque pedían experiencia trabajando con primero y segundo básico, y en mis 42 años de servicio no contaba con mucha la experiencia en esos niveles; había trabajado desde kínder hasta el cuarto medio, en inspectoría, en dirección y en el Departamento Comunal de Temuco, pero durante esos años sólo en 3 oportunidades enseñé en esos cursos. Esa era mi trayectoria en el primer ciclo básico, por lo que mis expectativas no eran altas.

Ingresé a la Fundación incorporándome como Profesora Rescatista en la Escuela Los Robles de Labranza. En esa oportunidad sentí que mi trabajo no había sido de lo mejor, tal vez porque seguí trabajando inmediatamente después de mi jubilación. Me quedé con un sabor amargo sobre mi desempeño, al mismo tiempo mi padre sufrió un deterioro de salud, por lo que decidí no volver a trabajar en educación, ni volver al Rescate Lector, para dedicarme desde el año 2015 al 2017 a cuidarlo debido a su diagnóstico de alzheimer.

El 2019 Volví a trabajar en el Rescate Lector, siendo Rescatista de 27 niños en la Escuela Araucanía de Labranza.  Tomé a estos niños a mi cargo, incluyendo niños del Pie, aun cuando en la escuela me dijeron que no me preocupara por ellos porque no eran evaluados. En ese momento reflexioné y me cuestioné esa decisión, porque todos los niños son iguales, la diferencia está en el ritmo de aprendizaje de cada uno, algunos-por diferentes razones-son más lentos, pero siempre hay un contexto para ello, por lo que antes de empezar a trabajar considero el contexto en el que les debo enseñar y el que ellos viven.

En la mayoría de estos niños su autoestima es muy baja y es porque a veces nosotros como profesores los etiquetamos antes de buscar una forma diferente a la que aplicamos con los demás para enseñarles y los enviamos al PIE. Por eso decidí que debía cambiar la estrategia y no etiquetar a los niños y decir estos no.

Realicé un trabajo conjunto con los 27 niños, pensando en cómo a mí que tengo un diagnóstico de hiperactividad con déficit atencional, me hubiese gustado que me enseñaran, cómo me hubiese gustado aprender y cómo hubiese aprendido mucho más rápido. Desde ese punto de vista empecé a trabajar con esos niños y a fabricar mi propio material, poniendo al servicio de este trabajo todas mis habilidades, para que para ellos aprender fuera distinto y no tuvieran que hacer lo mismo que en sus salas.

Gracias a Dios al terminar el trabajo ese 2019, a diferencia del 2014, hice una evaluación de mi trabajo y quedé tremendamente conforme. De los 27 niños, 26 fueron evaluados y los 26 fueron dados de alta, entre ellos los PIE por supuesto, y la única niña que no fue evaluada fue porque no estuvo presente el día de la evaluación.

Mi satisfacción fue tremenda y a la vez experimenté múltiples emociones, porque los niños me decían que no querían leer más, porque si ellos leían no nos íbamos a volver a ver. Sus palabras me llenan de satisfacción al pensar que en corto tiempo y con pocas sesiones de trabajo nos involucramos profundamente.

El 2020 decidí no trabajar online, porque no me manejaba tecnológicamente. Me incorporé nuevamente a la Fundación el 2022 para realizar el Rescate en el Colegio Mundo Mágico, en el que tuve una excelente recepción del equipo directivo y de la profesora, quien me ha manifestado que nota el cambio de los niños en sólo un mes de trabajo; han mejorado su lectura, lo que también se ha reflejado en mayor participación dentro de la sala de clases, por lo que el Rescate Lector genera efectos positivos en otras áreas de desarrollo de los niños, lo que me parece espectacular.

Estoy contenta con el trabajo que he realizado, creo que ha sido beneficioso para los niños y también para mí. Este trabajo hace que tenga que desplegar toda mi imaginación para ir sumando juegos, para que sin necesidad de estar sentados y sólo pendientes de la lectura, aprendan de manera mucho más lúdica, lo que ha mí me ha dado más resultados que el silabario.

Amo lo que hago y trato de entregarlo en amor. Creo que a medida que van pasado los años nuestro trabajo es el doble, existen otras prioridades en la vida de los adultos, pero los niños no han cambiado siguen siendo los mismos. Siguen teniendo la misma necesidad de amor que percibí en ese primer año que recibí en 1973.

Me siento orgullosa de trabajar en el Programa Rescate Lector y creo que, si muchas más personas pudiesen aportar y ayudar para que muchos más niños pudiesen ser atendidos sería espectacular”.

Luz Cantos
Profesora Rescatista

 

Cinthya Covarrubias, 
Periodista,
Encargada de Comunicaciones Organizacionales Fundación AraucaníAprende