Durante el período de vacaciones la gran mayoría de los estudiantes disfrutó de actividades que los mantuvieron alejados de los estudios, dejando de lado libros y cuadernos. A diferencia de los niños y niñas del Programa Rescate Lector y Programa Rescate Lector para la Integración Escolar (PIE) de Fundación AraucaníAprende, quienes durante vacaciones de invierno continuaron vinculados junto a sus familias al aprendizaje, concretando más de 6.300 sesiones online para el aprendizaje de la lectura.

Durante estas vacaciones de invierno más de 460 familias de ambos programas se comprometieron a continuar con las sesiones de trabajo, logrando que se realizaran 2.958 sesiones del Programa Rescate Lector en las regiones Metropolitana, del Bío Bío, Maule y La Araucanía. En tanto, en el Programa PIE el número de sesiones a los niños y de modelamiento a familias ascendió a 3.345 en La Araucanía. Lo que permitió que niños y niñas del rescate fortalecieran su aprendizaje y, que las familias contaran con más instancias de apoyo y retroalimentación de lo aprendido.

“Un receso prolongado sin práctica puede provocar regresiones en el aprendizaje, lo que se conoce como pérdida estacional de aprendizaje”, situación frecuente durante periodos de vacaciones, lo que afecta el ritmo del progreso. En cambio, si se continúa con las sesiones de apoyo lector se ayuda a formar el hábito lector, más aún si es a través de actividades entretenidas, cuentos o lectura compartida en familia. De esta forma, los niños pueden descubrir el placer de leer sin la presión escolar, lo que refuerza su motivación y autoconfianza como lectores iniciales”, explicó Fernanda Ortiz, Coordinadora del Programa Rescate Lector.

Efectividad en la vinculación con las familias
Los Programas Rescate Lector para la Integración Escolar y Rescate Lector se realizan en modalidad remota. En el primero las sesiones son ejecutadas por profesionales de distintas áreas como: psicopedagogía, psicología y fonoaudiología; mientras que en el segundo, a los antes mencionados se suman técnicos en educación especial y estudiantes de cuarto año de psicopedagogía de IACC, quienes apoyan el aprendizaje lector de estudiantes que han quedado rezagados en la adquisición de la habilidad lectora en sus establecimientos. El trabajo de estos profesionales no sólo se relaciona con enseñar a leer a los niños sino que también, asesoran con efectividad a las familias ¿cómo se logra esto?, vinculando a mamás, papás o abuelos que están al cuidado de los niños, retroalimentándolos, explicándoles cómo pueden fortalecer el aprendizaje adquirido en las sesiones de 30 minutos. Que sin bien es un tiempo acotado, resulta eficaz porque las familias están presentes, se interesan en conocer actividades para realizar en sus hogares y es el momento para explicarles cómo reforzar los contenidos guiándose por el manual para el apoyo lector en el hogar; insumo diseñado y elaborado por la Dirección de Capacitación de la Fundación.

Al respecto, Geraldine Barouh, profesional del equipo Rescate Lector declaró, “es importante explicar a las familias que las actividades relacionadas al área de la lectura ayudan fuertemente con el desarrollo de las habilidades lingüísticas de sus hijos y que a la vez fortalecen el desarrollo neurocognitivo y el desarrollo socio emocional. Además de aumentar y mejorar los lazos en el hogar”.

Vincular a las familias es primordial, porque con ello, los niños logran mayores progresos. No es sólo que estén presentes en las sesiones, sino que se generan lazos significativos, involucrándolas a tal nivel que sientan que en los programas y sus profesionales encontrarán la comprensión y el apoyo para guiar a sus hijos. Aun cuando, puedan creer que no cuentan con las estrategias para enseñar en sus hogares, convicciones que se diluyen en el nexo que generan con los profesionales que enseñar a leer a sus hijos y, que a ellos, les brindan seguridad para reforzar lo aprendido.

“La familia no sólo cumple un rol afectivo, sino también educativo, su presencia activa y comprometida contribuye significativamente al progreso y bienestar del alumno, por lo que nuestra responsabilidad es generar espacios de confianza en los que se sientan acogidas, escuchadas y comprendidas. Es clave transmitirles seguridad, para que sepan que más allá de un diagnóstico, sus hijos son capaces de aprender, avanzar y lograr. Un diagnóstico no debe ser entendido como una etiqueta limitante, sino como una herramienta que orienta el camino a seguir para brindar los apoyos necesarios”, afirmó Maricela Melipil, Coordinadora Programa Rescate Lector para la Integración Escolar.