“En un mundo que avanza hacia modelos de desarrollo más conscientes y sostenibles, las empresas enfrentan el desafío de redefinir su rol en la sociedad. Ya no basta con generar crecimiento económico; se espera que ese crecimiento sea responsable, equitativo y respetuoso con las personas y el entorno. En este contexto, la sustentabilidad y la responsabilidad social empresarial se entrelazan como pilares de una nueva ética corporativa que busca equilibrar los intereses económicos con el bienestar social y el cuidado del medioambiente. En esa búsqueda de equilibrio y propósito, la educación y en particular la lectura, emerge como la inversión social más potente y transformadora.
Cada niño que aprende a leer no solo abre una puerta al conocimiento, sino que también fortalece la base de un país más innovador, equitativo y sostenible. En Fundación AraucaníAprende hemos comprobado que la alfabetización temprana cambia vidas: mejora trayectorias educativas, potencia el capital humano y genera oportunidades de desarrollo que irradian a toda la comunidad.
Aprender a leer no es un proceso natural ni automático, es una conquista cultural que el cerebro humano logra gracias a su plasticidad. Esa plasticidad necesita estímulo, acompañamiento y entornos propicios, es ahí donde la responsabilidad social empresarial puede marcar la diferencia. Invertir en lectura no es filantropía es una inversión estratégica en el futuro de Chile, una apuesta por reducir brechas estructurales y fomentar el pensamiento crítico que toda democracia necesita.
La sustentabilidad y la RSE encuentran en la educación su punto de convergencia más virtuoso, porque un país que enseña a leer a todos sus niños está construyendo las bases de una economía más sólida, una sociedad más cohesionada y un futuro verdaderamente sostenible al hacer del leer un derecho y no un privilegio. La plasticidad del cerebro lo hace posible, pero es la responsabilidad social pública y privada la que lo vuelve real.
Hoy, más que nunca, el compromiso empresarial debe ir más allá de los balances y las certificaciones. Invertir en lectura es invertir en personas; es apostar por una sociedad capaz de imaginar, crear e innovar. Sembrar lectura es cosechar futuro y cada niño que aprende a leer representa la semilla de un país más justo, creativo y sostenible. El futuro sostenible comienza con un niño que aprende a leer y con empresas que comprenden que su mayor legado no está solo en lo que producen, sino en lo que ayudan a construir: una ciudadanía preparada para leer, pensar y transformar Chile”.
María Constanza Marchant Cordero,
Vicepresidenta Fundación AraucaníAprende