“Este es el primer año que soy parte del Programa Rescate Lector y si bien, no soy profesora, en mi área como fonoaudióloga he ido adquiriendo experiencia profesional al vincularme con niños y el desarrollo de sus aprendizajes. La práctica me ha dado convicciones, llevándome a privilegiar y complementar la enseñanza de la lectura de los niños con actividades lúdicas, las que los motivan y predisponen positivamente para aprender.

 Considero que es muy importante motivar a los niños, sobre todo para potenciar sus procesos de aprendizaje y enriquecerlos y, si es con actividades que escapan a la enseñanza tradicional de una sala de clases puedo confirmar que los logros de aprendizaje se incrementan. Es así como les enseño a leer a los niños que me han asignado en el programa, utilizando el juego como mi mejor aliado, porque con dinámicas diferentes al estar sentados realizando guías o trabajando en una pizarra, hago un quiebre positivo en sus formas de aprender y logro fortalecer en ellos su vocabulario, conocimiento del mundo, fluidez, precisión y conciencia fonológica.

Con el juego del bowling es con el que he logrado más resultados positivos en los niños. Durante el tiempo en el que hemos trabajado, he notado que se interesan más por aprender cuando complemento el aprendizaje con el juego y les doy refuerzos positivos. Puntualmente, en el bowling los niños deben ponerse de pie, lanzar la pelota para derribar los conos y una vez terminado esto, se acercan a la mesa donde estoy con la guía y responden lo solicitado; que en el caso de este juego implica ir reconociendo fonema, grafema y sílabas. A través de esta dinámica sus aprendizajes se agilizan, porque el juego les ayuda a resolver problemas y fomentar ciertas habilidades como la comprensión y la toma de decisiones. De esta forma, son capaces de ir descubriendo el fonema correcto, jugar con ellos, para posteriormente formar sílabas.

Estoy consciente que con estrategias de juego estoy generando un cambio en el aprendizaje lector de los niños a mi cargo, pero aún falta mucho por trabajar, los niños necesitan el apoyo de los profesores y de la familia en el hogar. El que puedan contar con un profesional más apoyando este trabajo los beneficia bastante, más aún si el apoyo es personalizado; ya que al realizar las sesiones del rescate en un espacio distinto a sus salas de clases, puedo centrarme específicamente en las necesidades de cada uno. Es en esas instancias en las que confirmo que las necesidades educativas deben ser trabajadas en conjunto para que los niños puedan avanzar en sus hogares como un complemento a lo que aprenden en sus escuelas”.

 

Araceli Rubilar
Fonoaudióloga,
Profesional Rescate Lector

 

 

 

 

 

Cinthya Covarrubias, 
Periodista,
Encargada de Comunicaciones Organizacionales Fundación AraucaníAprende