Aunque los padres no lo sepan, en los primeros años de vida de sus hijos al hacer que repitan frases, que disfruten de la lectura de cuentos, que cuenten historias y describan imágenes, entre otras, los están preparando para aprender a leer; desarrollando en ellos las denominadas habilidades previas a la lectura, que son las destrezas y conocimientos que los niños desarrollan antes de aprender a leer formalmente. En concreto, son los pilares sobre los cuales se construye el proceso de lectura.
Estas habilidades no implican saber leer letras o palabras, sino que los niños manejen destrezas que facilitarán su aprendizaje posterior, beneficiándolos al momento de aprender a leer y escribir. Es por lo anterior, que en el vínculo que generan las familias con sus hijos previo a la escolarización, pueden entrenar estas habilidades prelectoras. Así lo explica Maricela Melipil, Coordinadora del Rescate Lector para la Integración Escolar (PIE) de AraucaníAprende, quien expone que los padres y la familia en general, fomentan estas habilidades de forma natural y espontánea en el día a día. “Las familias entrenan habilidades previas a la lectura en acciones cotidianas como: hablarles constantemente desde que son bebés; leerles cuentos; cantar; jugar con rimas, adivinanzas, trabalenguas o juegos de palabras que empiezan con el mismo sonido como pato, perro, pelota. Incluso cuando van por la calle y señalan letreros o logos de tiendas o marcas, diciéndoles ´mira, ahí dice Coca-Cola´, se les muestra que el texto tiene significado en el mundo real. Asimismo, mostrarles cómo se escribe una lista de compras o un mensaje corto les enseña la funcionalidad de la escritura”.
La profesional explica que otra forma de trabajar estas habilidades desde temprana edad por las familias, puede ser animando a los niños a inventar historias o pidiéndoles que lean sus dibujos, pues de esta forma fomentarán en ellos las habilidades narrativas y la asociación de imágenes con significados. De esta manera y, con conocimiento sobre las acciones puntuales y prácticas de realizar en el hogar, las familias pueden potenciar el desarrollo de las habilidades previas a lectura, preparando a sus hijos con intencionalidad; aportando con ello al fortalecimiento de las habilidades que sus hijos desarrollarán durante kínder y prekínder. Así, los niños podrán enfrentar de mejor manera los desafíos educativos, tal como lo es aprender a leer.
Desarrollo de habilidades previas a la lectura
Los niños que llegan a la escolarización formal con habilidades prelectoras poco desarrolladas o ausentes pueden enfrentar dificultades en el aprendizaje de la lectura-les costará más asociar letras con sonidos, decodificar palabras y, por ende, comprender lo que leen-, tendrán actitudes más proclives a la frustración y baja autoestima; presentando rezago académico general, dado que la lectura es la base para el aprendizaje en casi todas las materias, por lo que un déficit en esta área puede afectar su rendimiento en las demás asignaturas. Así lo explica Maricela Melipil, “los niños presentarán dificultades para conectar los sonidos con las letras, comprender el propósito de la escritura y, en general, descifrar y comprender textos con mayor facilidad, lo que disminuirá su confianza y motivación”
A lo que Odett Rojas Directora de Capacitación de AraucaníAprende agrega, “al trabajar estas habilidades desde una edad temprana, los estudiantes llegan al proceso formal de lectura con una base sólida, construida a lo largo de dos años de experiencias significativas, durante kínder y prekínder. Esto no solo facilita la adquisición de la lectura, sino que también reduce las dificultades que podrían surgir, permitiendo que el aprendizaje sea más fluido, natural y motivador”.
Por tanto, si las habilidades prelectoras están desarrolladas tendrán un impacto positivo en una amplia gama de aprendizajes posteriores como: la lectura comprensiva, la escritura, el desarrollo del lenguaje, el pensamiento crítico y resolución de problemas, el rendimiento académico y al autonomía en el aprendizaje. En resumen, las habilidades prelectoras son la base de un camino exitoso en la lectura y abren las puertas a un aprendizaje más profundo y significativo en todas las áreas de la vida.
Las familias pueden fortalecer de forma intencionada las habilidades prelectoras en el hogar con acciones como:
*Lectura compartida:
-Hacer preguntas sobre la historia.
-Hablar sobre las ilustraciones.
-Variar la entonación y las voces.
-Señalar las palabras mientras se lee.
*Juegos de conciencia fonológica:
-Juegos de rimas: Pedir al niño que diga palabras que rimen con “sol”.
-Identificación de sonidos iniciales: “¿Qué palabra empieza como ‘mesa’?
-Segmentación de sílabas: Palmear las sílabas de una palabra (ma-sa).
*Actividades del alfabeto:
-Cantar canciones del abecedario.
-Trazar letras con los dedos en arena o masa.
-Identificar letras en objetos cotidianos.
*Estimulación del vocabulario:
-Introducir palabras nuevas y aplicarlas en contexto.
-Jugar a “Veo, veo” con objetos y sus nombres.
*Creación de un ambiente lector:
– Tener libros accesibles en casa.
-Visitar bibliotecas.
-Modelar el acto de leer (que los niños vean a los adultos leyendo por placer).